Doble direccionalidad. (Miguel Ángel Rego Robles)

 

1

La llegada del año 1640 dio lugar, tal y como defienden los marxistas, a la llamada Revolución Inglesa[1]. La revuelta nació con un objetivo claro: derrocar al rey Carlos I, un monarca con pretensiones absolutistas.

El país vivía un desapego hacia la monarquía, un sentimiento propiciado, en parte, por la introducción del cristianismo como religión para agradar a la nueva reina, Enriqueta María, que llegó desde Francia.

Lo inesperado de este levantamiento contra la monarquía fue la elaboración de un debate en el que el poder popular podría haberse convertido en determinante político. Por primera vez en la historia, tras el surgimiento de los Estados modernos, se planteó la posibilidad de que el pueblo llano tuviese voz y voto en los asuntos comunes, suscitando el interés por la elaboración de un texto constituyente donde se recogiesen las exigencias de las clases populares.

El Parlamento, contrario al Rey, tenía como base epistolar la Carta Magna de 1215. En este texto, entre otras proclamas, se defendía el poder aristocrático frente al real. Dentro del Parlamento, el militar Oliver Cromwell, junto a otros compañeros que abogaban por llevar la pugna contra el Rey hasta sus últimas consecuencias, organizaron en 1645 el Nuevo Ejército Modelo con Thomas Fairfax como capitán general[2].

La exigencia principal de este regimiento era la limitación del poder de Carlos I. Y en este dato, está la clave.

Los sectores pobres y populares se anexionaron a este Ejército parlamentarista para exigir sus propias prebendas y conformarse como el grupo de los Levellers[3], también llamados los Niveladores debido a su ímpetu por igualar la sociedad. Al no tener presencia en la Cámara de los Comunes, tuvieron que postular sus iniciativas y su agenda con la organización de movilizaciones y el reparto de panfletos, por lo que las tecnologías disponibles como la imprenta fueron claves para poder difundir sus ideales al resto de la población.

A raíz de esos panfletos llenos de innumerables propuestas, los Niveladores formularon en 1647 una primera versión del An Agreement of the People[4] como iniciativa popular que les pudiera brindar un mejor papel dentro de la sociedad. Esta redacción pretendía que las demandas incluidas en los textos fueran llevadas a cabo una vez producida la victoria del Nuevo Ejército Modelo, al cual pertenecían.

Una sucesión de decisiones parlamentarias como el impago de sus salarios como miembros del Ejército y el rechazo de sus exigencias, provocaron que los Niveladores comenzaran a presionar con medidas cada vez más igualitarias; hasta tal punto que propusieron la disolución del Parlamento en la primera versión del manifiesto.

El objetivo pasaba por crear un nuevo modelo de parlamentarismo democrático donde el pueblo tuviese potestad de decisión. Sin embargo, a finales del año 1647, el rey Carlos I huyó tras ser encarcelado dejando el monopolio de la revolución en manos de las facciones más poderosas del Nuevo Ejército Modelo. De esta forma, se eliminó cualquier esperanza de poner en práctica las demandas incluidas en el An Agreement of the People. A partir de este año se inició la pugna entre los Niveladores y las facciones altas del Nuevo Ejército Modelo.

Así llegamos hasta 1649, año en el que Gerrard Winstanley, junto a otros campesinos, ocuparon y trabajaron varias tierras en Surrey pertenecientes al Gobierno. Lo hicieron como acto de protesta[5] y este movimiento acabó derivando en una escisión dentro del ideario de los Niveladores que promulgaba una mayor igualdad.

Los miembros que conformaron dicha escisión se hicieron llamar Diggers o Excavadores. Además, el emplazamiento donde se llevó a cabo la ocupación, cerca de Londres, no fue una decisión arbitraria. Winstanley y el resto de campesinos comenzaron a labrar y distribuir la tierra en un lugar donde las posibilidades de difusión y anexión eran grandes. En apenas un año, este movimiento fue dispersado por las fuerzas del Gobierno pero, mientras tanto, Winstanley redactó The Law of Freedom in a Platform que salió a la luz en 1652.

Esta desmembración del ideario de los Niveladores fue una clara manifestación de las consecuencias de la absorción que se estaba produciendo en algunos de sus miembros, quienes comenzaron a ceder ante las exigencias de moderación vertidas por la nobleza y la pugna contra el Ejército del que formaban parte. Entre las peticiones de los Excavadores se encontraba la libertad al trabajo y el derecho a la tierra común criticando la propiedad privada. De ahí que se autonombrasen los Verdaderos Niveladores.

Dentro del texto The Law of Freedom in a Platform se encuentra un escrito dirigido directamente a Oliver Cromwell, que en 1653 se convirtió en Lord Protector; es decir, el máximo administrador de Inglaterra, Escocia e Irlanda. En este texto, que es introducido con alabanzas de Winstanley a Cromwell, se encuentra la máxima de cualquier ideología basada en la igualdad:

“Ahora bien, sabéis, Señor, que el conquistador real no fue vencido solamente por vos, pues sois un solo hombre, ni por los oficiales del ejército unidos a vos; sino por la mano y la asistencia del pueblo, algunos de los cuales se allegaron en persona y arriesgaron con vos sus propias vidas; otros se quedaron en el hogar y plantaron la tierra y pagaron impuestos y le dieron hospedaje al ejército para permitir que fueran a la guerra. De manera que cualquiera que sea lo que se recobre del conquistador es recobrado por un consentimiento mutuo del pueblo: por consiguiente, es de equidad que todo el pueblo que le ayudó se vea libre junto a vos del poder del conquistador, según la ley de David: el botín será dividido entre los que fueron a la guerra, y los que se quedaron en el hogar”[6].

A pesar de que tanto Levellers (Niveladores) como Diggers (Excavadores) habían dado su vida contra el absolutismo del rey Carlos I, no se configuró un nuevo espectro político que beneficiase a las clases bajas en los tres estados. En 1649 los regimientos de los Niveladores que no aceptaron las exigencias del Parlamento fueron abatidos por el propio Cromwell. Una vez implantada la dictadura militar, en 1653, las personas que se anexionaban a las ideas de Winstanley para formar pequeñas comunidades rurales basadas en el apoyo mutuo, fueron perseguidas bajo el nombre de la mendicidad y del libertinaje.

Y en este ambiente, en su discurso de apertura del primer Parlamento del Protectorado en 1654, Cromwell nombró y distinguió las clases sociales que conformaban Inglaterra, Escocia e Irlanda: aristócratas, burgueses, terratenientes y obreros[7]. Las tierras, a pesar de ser de propiedad común, pertenecían en última instancia a la nobleza, ya que durante la guerra contra Carlos I fueron vendidas para sufragar los gastos que produjo.

El texto The Law of the Freedom in a Platform de Gerrad Winstanley está considerado como el texto clásico más importante de teoría explícita que refrenda una sociedad sin clases, concluyendo que la base de la opresión está basada en la institución privada. Eso sí, comparte este honor con Utopía, de Thomas More

West, Benjamin (1782). Cromwell Dissolving the Long Parliament. Montclair Art Museum, New Jersey/Bridgeman Art Library.

 

2

En la segunda mitad del siglo XX se consolidaron dos manifestaciones artísticas con una actitud crítica peculiar en cada uno de los casos. Por una parte, los primeros trabajos site-specific hacían patente la falsedad del objeto de arte como una entidad autónoma que contiene su significado dentro de sus propios confines, dispuesta a ser expuesta en contextos diferentes sin afectar a ese significado[8]. Por otra, el arte conceptual nació del rechazo a la incapacidad del arte Pop y del minimalismo de liberarse del distanciamiento social característico del arte posterior a 1945, expresado sobre todo en el formalismo greenbergiano; la ortodoxia institucional del negocio corporativo[9].

“El arte conceptual surgió de la decepción y la insatisfacción con estos movimientos artísticos, una decepción por el hecho de que las fuerzas y las ideas sociales que habían revivido por los aspectos antiexpresivos y agresivamente mecanicistas del arte nuevo no se extendieron en el tipo de expresión disruptiva deseada […] dentro de la Nueva Izquierda cultural”[10].

El arte conceptual y los trabajos site-specific pretendían romper el statu quo en que se encontraba el arte en términos de autonomía y de crítica. Ambas manifestaciones exponían directamente los mecanismos del negocio del arte y del acomodo institucional. Durante un tiempo, cumplieron su cometido, pero la capacidad de absorción de la institución artística  neutralizó el carácter de su propósito originario.

A día de hoy, tanto la intervención crítica del objeto del arte en el conceptualismo, como el cuestionamiento de su autonomía dentro de la lógica de mercado, han sido integrados en el marketing global del arte contemporáneo[11].

Robert Morris creó la pieza Box with the sound of its own making en 1961. Esta obra, que podría enmarcarse dentro del terreno del arte conceptual de los años sesenta, desmitifica la idea del artista moderno y su aura de genio. Le expone como otro trabajador más e intenta situarlo al mismo nivel que el resto de la sociedad. La caja cuadrada de madera no solo se podía ver de forma material, sino que también podía ser escuchada gracias a una cinta de música de más de tres horas de duración. Esta cinta, introducida en su interior, cuenta con sonidos del proceso de su construcción.

Robert Morris (1961). Box with the sound of its own making

 

Cuarenta y ocho años más tarde, Caleb Larsen hizo un guiño a la pieza de Morris y presentó, en 2009, su trabajo A Tool to Deceive and Slaughter (Una Herramienta para Defraudar y Sacrificar). Esta pieza imita formalmente a su referente, pero no materialmente.

El cubo que presenta Larsen es de plástico acrílico negro y, esta vez, en vez de contener el sonido de su construcción, recoge un entramado electrónico conectado a Internet para poder auto-venderse en eBay.com cada vez que sea comprada. Larsen subió en 2009 su pieza a este portal de compra y, tal y como explicó el artista, “la intención de este objeto es que se venda a sí mismo de forma perpetua”[12].

Caleb Larsen (2009). A Tool to Deceive and Slaughter.

 

 

Esta nueva configuración del cubo de Morris habla del paradigma actual del mercado especulativo. Incide en el carácter conceptual de su predecesor y lo actualiza dirigiendo su discurso hacia problemáticas actuales. La continua subasta de la pieza es parte fundamental de su existencia, es más, esta realidad queda reflejada en los términos del acuerdo de compra. A pesar de ello, a día de hoy, si se busca este trabajo en eBay consta que se vendió por última vez el 17 de abril de 2017. Al final, el último comprador no siguió con la perpetuidad comercial de la pieza; decidió apropiarse de ella. En los términos se puede leer que el incumplimiento de alguno de sus puntos invalidaría la pieza de Larsen como obra de arte: “será reducida a su valor como objeto material y no como trabajo de arte”[13].

Teniendo en cuenta los términos de compra que acompañan a la pieza, el proyecto se ha convertido en un fracaso. A pesar de que Caleb Larsen intentara controlar el valor de uso y el valor de cambio de la obra en relación a las directrices especulativas del mercado del arte, la decisión del último comprador ha hecho que el proyecto fracasara. La intención original del sacrificio (slaughter) eterno del cubo de plástico al pasar de mano en mano, se ha convertido en el sacrificio de la intencionalidad del artista con su obra. Esta modificación del sentido conceptual ha trastocado su propio paradigma, vulnerando sus principios originales.

 

3

El programador Richard Stallman comenzó a trabajar en el Massachusetts Institute of Technology en 1971, concretamente en el Laboratorio de Inteligencia Artificial (AI Lab). Dentro de este laboratorio, el ITS (Incompatible Timesharing System), o lo que se denominó ‘cúpula hacker’, diseñó un sistema operativo capaz de ser compartido entre cualquier programador[14]. Esa fue la denominación: sistema operativo compartido, ya que todavía no existía el término software libre.

Este prototipo, dentro de la programación software, era permeable en su lectura, en su modificación y en su distribución por parte de cualquier usuario para la elaboración de nuevos programas a partir de él. Un software umbral maleable que podía pasar de programador en programador y que evolucionaría y se expandiría en infinidad de direcciones.

A principios de la década de los ochenta, la empresa Symbolics contrató a casi toda la cúpula hacker del laboratorio AI Lab, con una mejora salarial considerable. Este cambio en la plantilla propició el desarrollo y la llegada de otro tipo de sistemas al laboratorio donde trabajaba Stallman. Estos programas no estaban basados en los principios del sistema operativo compartido inicial por lo que, tras más de una década de trabajo, uno de los primeros intentos de establecer una comunidad cooperativa dentro del terreno tecnológico estaba a punto de desaparecer[15].

Richard Stallman podía haber elegido el mismo camino que sus compañeros hacker del AI Lab, o de tantos y tantos amantes de la informática que se reúnen en garajes para fomentar una nueva forma de doctrina liberal a partir de estas asociaciones comunales de corte tecnológico. Muchos de estos programadores son los principales baluartes del capitalismo actual, dueños de empresas con un capital mayor al PIB de países como Suecia[16]. A pesar de ello, Stallman comenzó a trabajar para conseguir el nacimiento de un sistema operativo que consiguiera armar una nueva comunidad cooperativa de hackers. Tras renunciar a su empleo en el Massachussets Institute of Technology, comenzó a trabajar en 1983 en el proyecto GNU.

Dos años más tarde, publicó en la revista informática Dr. Dobb´s Journal of Software Tools el Manifiesto GNU con el que sentó las bases. La primera frase de este Manifiesto dicta:

“GNU, que significa «Gnu No es Unix», es el nombre del sistema de software completamente compatible con Unix que estoy escribiendo para entregarlo libremente a todas las personas que puedan utilizarlo”[17].

Lo más reseñable de esta premisa se encuentra en la nota a pie que acompaña esta declaración[18]. En ella, Stallman incide en uno de los aspectos clave para entender el uso del concepto de libertad. Un uso que promueven tanto defensores como detractores de esta doctrina ideológica y económica, donde el terreno tecnológico asienta gran parte de sus postulados.

Stallman distingue entre los dos significados del término inglés free: libre y gratis. Por una parte, el valor de uso y, por otra, el valor de cambio. O lo que es lo mismo, la distinción que sirvió de punto de partida a Karl Marx en su Crítica de la economía política[19] a la hora de analizar la mercancía o comodidad. Para Stallman, el software libre debía ofrecer la posibilidad de libertad de su uso entre usuarios pero no, necesariamente, la gratuidad en su distribución. “Algunos pueden obtener copias sin pagar, mientras que otros pagan para obtenerlas, y si los fondos ayudan a apoyar la mejora del software, tanto mejor”[20].

El método empleado por el GNU para proporcionar libertad a sus usuarios y para fomentar su expansión fue lo que Stallman denominó como copyleft. En 1992, el proyecto GNU estaba casi finalizado, hasta que Linus Torvalds desarrolló Linux en 1991, que junto al incompleto GNU, dio como resultado un sistema operativo libre: GNU/Linux[21].

En la actualidad, millones de personas utilizan GNU/Linux, una cifra significativa si tenemos en cuenta que realmente es un fracaso para sus creadores. Al sentirse  incapaces de enseñar los principios de libertad en la modificación de este software a todos los usuarios, asumieron el fracaso.

En 1998, parte de la comunidad GNU/Linux decidió abandonar el término software libre para empezar a hablar de software de código abierto, fomentando el valor de cambio en esta mercancía intangible por encima del valor de uso. Este movimiento tenía un objetivo claro: comenzar a atraer a empresas, anteponiendo las ganancias y el negocio al principio fundamental de libertad de uso de la propia comunidad que había impulsado el proyecto. A partir de este año, comenzaron a surgir multitud de programas que funcionaban con el sistema libre GNU/Linux.

La reconceptualización de software libre a software de código abierto trastocaba su propio paradigma original, vulnerando los principios de libertad de los que partía. A partir de esta fecha, Microsoft comenzó una campaña de descrédito contra GNU/ Linux tachándolo de coercitivo y peligroso. Los principales motivos de este ataque fueron la protección a la libertad del usuario en contraposición a las licencias copyright y su resistencia a la fagocitación por parte de las grandes compañías para captar capital a través de este nuevo intento de comunidad cooperativa informática.

Richard Stallman en El País RETINA 2016

 

[1] Existen dos tendencias mayoritarias a la hora de hablar de la primera revolución moderna en los estudios históricos. Para abordar este texto me baso en la tendencia marxista de autores como Christopher Hill, quien habla de la aparición del capitalismo en Inglaterra como consecuencia de esta revolución. Muchos estudios inician este periodo con la primera Guerra Civil en Inglaterra, en 1642. Mi posición es la planteada por Hill, anticipándola 2 años antes para coincidir con el sentimiento contrario a la corona de varios grupos sociales. Véase Hill, Christopher (1940). The English Revolution, 1640. https://www.marxists.org/archive/hill-christopher/english-revolution/

[2] Kinshlanski, Mark (1979). The Rise of the New Model Army. Cambridge: Cambridge University Press.

[3] Bernstein, Eduard (1895). Cromwell and Communism: Socialism and Democracy in the Great English Revolution. https://www.marxists.org/reference/archive/bernstein/works/1895/cromwell/index.htm

[4] An Agreement of the People. http://bcw-project.org/church-and-state/second-civil-war/agreement-of-the-people

[5] Winstanley, Gerrard (2005). La ley de la libertad en una plataforma. Madrid: Tecnos. Estudio premiliminar de Enrique Bocardo Crespo. Pg. XV – XVII.

[6] Winstanley, Gerrard (2005). La ley de la libertad en una plataforma. Madrid: Tecnos. Pg. 7.

[7] Ibíd. Pg. 5.

[8] Mackay, Robin (2015). The Barker Topos. En When Site Lost the Plot. R. Mackay ed. Falmouth: Urbanomic. Pg. 253.

[9] Wall, Jeff (1991). Dan Graham´s Kammerspiel. Toronto: Art Metropole. Pg. 8.

[10] Ibíd. Pg. 9.

[11] Un ejemplo claro de esta capitalización en el terreno de los site-specific es la pieza Candela, del grupo artístico Los Carpinteros, realizada ex profeso para el espacio Abierto X Obras en Matadero Madrid en 2013. Los Carpinteros instalaron dentro de la cámara de Matadero una recreación del incendio que aconteció en los años 90 en ese mismo espacio. Para esa recreación utilizaron el mismo material e iluminación que el usado en la construcción de los rostros del Che Guevara y Camilo Cienfuegos en la Plaza de la Revolución de La Habana. Candela fue expuesta dos años después en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey en México, a pesar de su descontextualización.

[12] http://atooltodeceiveandslaughter.com

[13] http://www.ebay.com/itm/-/292084467210?

[14] Stallmam, Richard (2004). Software libre para una sociedad libre. Madrid: Traficantes de Sueños. Pg. 16.

[15] Ibíd. Pg. 17.

[16] Apple vale más que el PIB de Suecia. Expansión. 29 de febrero de 2012. http://expansion.mx/negocios/2012/02/29/apple-valor-mercado-acciones-ipad-iphone

[17] El Manifiesto de GNU. Free Software Foundation. https://www.gnu.org/gnu/manifesto.es.html#f1

[18] “Esta expresión resultó poco precisa. La intención era decir que nadie tendría que pagar por el permiso para usar el sistema GNU. Pero la expresión no es del todo clara, y a menudo se interpreta que las copias de GNU deberían distribuirse siempre a un costo bajo o sin costo. Esta nunca fue la intención. Más adelante, el manifiesto menciona la posibilidad de que las empresas provean servicios de distribución para obtener ganancias. A partir de entonces, aprendí a distinguir cuidadosamente entre «free» (libre) en el sentido de libertad y «free» (gratis) referido al precio [3]. El software libre es aquel que ofrece a los usuarios la libertad de distribuirlo y modificarlo. Algunos pueden obtener copias sin pagar, mientras que otros pagan para obtenerlas, y si los fondos ayudan a apoyar la mejora del software, tanto mejor. Lo importante es que todos los que posean una copia tengan la libertad de colaborar con los demás al usar el programa”. En https://www.gnu.org/gnu/manifesto.es.html#f1

[19] Marx, Karl. (2000). El Capital. Crítica de la economía política. Madrid: Akal.

[20] El Manifiesto de GNU. Free Software Foundation. https://www.gnu.org/gnu/manifesto.es.html#f1

[21] Linux y el sistema GNU. Free Software Foundation. https://www.gnu.org/gnu/linux-and-gnu.es.html


Miguel Ángel Rego es artista e investigador. Actualmente realiza su doctorado en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en el Instituto de Filosofía, CCHS. Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Master en Arte y Praxis. Dutch Art Institute. ArtEZ hogeschool voor de Kunsten. Arnhem, Holanda. Licenciado en Bellas Artes y en Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas en la UCM. Es Miembro de la revista  Brumaria.

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